¡La decisión del General!
Guasdualito inundado. |
Al establecer legalmente en MARZO 1979, en San Cristóbal-Táchira-Venezuela, una Oficina para Asesoría Técnica de Ingeniería Ambiental y de Recursos Naturales Renovables, cuyo nombre es INFORAMB S.R.L., comienzo el Ejercicio Libre de mi Profesión. Mi primer cliente es el acreditado Ingeniero Tachirense y amigo: Alberto Mora Useche.
La Nación Venezolana trae desde 1960, una curva ascendente de Desarrollo Económico, Social, Político y de Seguridad, notoria a nivel mundial. La Producción Agrícola y Pecuaria, crece con la incorporación de nuevos y modernos Sistemas de Riego, además de tres millones de hectáreas que se suman con la construcción de los Módulos de Apure.
Portuguesa, Cojedes, Barinas y Apure, abastecen de comida la demanda nacional y Venezuela exporta excedentes millonarios de arroz, maíz, azúcar, café, cacao, oleaginosas, hortalizas y verduras. También se exporta: cemento, gas licuado, camarones y otros productos del mar.
La Siderúrgica del Orinoco (SIDOR), con el Sistema Hidroeléctrico de Guri, Macagua I y II, ponen a funcionar permanentemente los Altos Hornos que producen acero, aluminio, hierro, zinc, que abastecen las crecientes industrias Metalmecánicas del País y exporta productos elaborados al mundo, por lo cual es llamada: El Ruhr de América Latina, a similitud de esta poderosa Área del Desarrollo Alemán de la Post-guerra. Además se exportan excedentes de electricidad a Colombia y a Brasil. La Nacionalización del Petróleo y del Hierro, le dan cuerpo a Venezuela y PDVSA se ubica en los primeros lugares como Empresa de Prestigio y Rendimiento a nivel mundial.
Las zonas industriales entre Valencia y Maracay, así como en el resto del País, son un emporio de producción, donde se trabaja de día y de noche. El cambio monetario, se mantiene a cuatro Bolívares con treinta céntimos por dólar y el Bolívar se cotiza en la economía mundial.
El Programa de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, que dirige CORDIPLAN, había comenzado a dar sus frutos. Desde varias capitales de Europa, Suramérica y Japón, en vuelos charter, llegan diariamente miles de turistas que fortalecen esta industria; crece la hotelería y las posadas en todo el País.
Los gobiernos de turno se jactan de lograr el Pleno Empleo, pero tal vez sobre pasa al cien por ciento, porque es normal en estos tiempos, trabajar de día y de noche, sábados y domingos; y hasta las Reuniones de Gabinete en Miraflores, se hacen los días domingos a las seis de la mañana. Muchos profesionales de todas las disciplinas, así como emprendedores de clase media, desarrollan fincas e invierten capitales en diversas actividades económicas, generando fuentes de empleo y activando aún más la Economía Nacional.
En el Táchira se crean Universidades que cubren todas las Disciplinas Académicas con Pre-grado y Post-grado; nace la Corporación Venezolana de Desarrollo del Sureste Andino (C.V.S), la cual señala el rumbo al crecimiento ordenado del Táchira y sus Áreas de Influencia. Se inaugura el Gran Acueducto Regional del Táchira; avanzan los Proyectos Hidroeléctricos de la Represa Uribante-Caparo. Se construyen: el Segundo Velódromo más importante del mundo; estadios, gimnasios y canchas deportivas. Se amplía la red de carreteras rurales.
El trabajo profesional en mi Oficina va en aumento y paralelamente estoy desarrollando una pequeña finca agropecuaria de cien hectáreas, al Sur del Táchira en el Sector Macagua de la Lengüeta de Barinas, en la margen izquierda del Río Uribante, donde con Gerardo, mi encargado, engordamos sesenta mautes, mantenemos un vivero para diez mil plantas de teca que sembraré como cercas vivas y producimos: plátanos, ocumo, limones y parchitas que con satisfacción mi menor hijo Alejandro y yo, vendemos en el Mercado de los Pequeños Comerciantes en San Cristóbal.
El último viernes de Enero 1980, a las once de la mañana, cuando trabajo en la Oficina, la Sra. Nury, mi Secretaria, anuncia la presencia de un Señor mayor. Converso con él, quien requiere una Solicitud de Permiso ante el Ministerio del Ambiente, para explotar con fines comerciales en la pequeña finca de su propiedad, arena para construcción. Se trata de una persona modesta, sencilla, trabajador del campo, piel morena, propietario según él, de una finca ubicada en el Sector El Milagro, lado derecho de la Carretera Troncal Cinco, colindante del Río Piscurí por la margen izquierda. Le comunico que es requisito hacer un reconocimiento del terreno; un levantamiento topográfico con brújula y otras exigencias Legales y Reglamentarias.
Le manifiesto que somos vecinos porque tengo una finca en el sector. Debo bajar a llevar unos materiales, semillas y medicamentos para el ganado. Lo invito a acompañarme y que hagamos una vez la inspección en el terreno. El viaje es de aproximadamente una hora y media, vía hacia el llano. La tarde es esplendorosa con sol brillante, típico de Enero.
En el camino converso con el Sr. Juan de la Cruz Pérez sobre temas agrícolas. Pasamos por El Corozo y San Josecito. El tráfico es intenso con gandolas gigantescas que transportan: vehículos, cabillas, vigas de hierro y aluminio para el Pacto Andino. Muchos carros subiendo desde Barinas y Apure, vienen a disfrutar la Feria de San Sebastián y las Corridas de Toros. Seguimos camino. Desde la carretera observo la Base Aérea y recuerdo las veces que abordé el helicóptero en Misiones de Servicio, para inspeccionar la Frontera, construcciones de escuelas, puentes y carreteras rurales; Proyecto de Asentamiento de Agrotécnicos en Cutufí, a la izquierda del Río Arauca y la Reserva Forestal de San Camilo.
El Sr. Juan de la Cruz, entra en confianza y me cuenta la historia de su vida:
“Llegué a Venezuela hace cuarenta y cuatro años, aquí forme mi hogar y tengo tres hijos que ya se hicieron hombres y buscaron su destino. En la finquita me acompaña mi Señora y mi primer nieto, que lo hemos criado como a un hijo mas. Vengo desde El Guamal, Departamento del Magdalena en Colombia y desde esas costas caribeñas me trajeron con noventa y nueve negros como yo, a trabajar a Venezuela.
¿Sabe Ingeniero?. Mis padres eran esclavos; tanto a ellos como a mi siendo niño, el antiguo patrón que era dueño de una inmensa hacienda de caña de azúcar, de café y cacao en El Magdalena, nos colocó un hierro, que aquí llevo en el muslo derecho, el cual, ni con el tiempo se ha borrado”.
Yo quedé impactado por el relato, mientras él se golpea con su mano el muslo derecho. Continúa relatando su historia el Sr. Juan de la Cruz:
“Por estos días en el año 1936, en pleno verano, un General de nombre Díaz González, gran amigo de Juan Vicente Gómez, quien era dueño de una Hacienda que queda aquí abajito del El Piñal. El quiso tapar el curso del Río Doradas porque en cada invierno, al crecer el rio, se le inundaban los potreros. Y en verano como ahora, las aguas bajan y pudimos trabajar.
A pico y pala, porque entonces no se conocían las máquinas “Buldoser” (Máquina Caterpillar). El General nos puso a abrir un canal de varios kilómetros hasta el Río Uribante; y luego de abierto el canal, nos ordeno tapar el cauce natural del Río Doradas. Eso sí. La comida “pa´que”, era buena.
En la mitad del camino del canal, hicimos el campamento. Ahí está hoy el pueblito: El Canal. Y en la tapa del cauce hicimos otro campamento, donde también guindamos las hamacas. Aquí se formó otro pueblito: El Topón”.
Al pasar El Piñal y al llegar al puente de hierro sobre el Río Doradas, me invita a conocer el sitio donde él trabajó. No nos tomó más de veinte minutos. El Sr. Juan de la Cruz, me dice: “Ingeniero, tenía mucho tiempo que no venía para acá.” Se le salen las lágrimas, mientras recuerda aquellos días de duro trabajo. Inconscientemente, se soba el muslo de la pierna derecha donde tiene la marca del hierro.
Ciertamente, en los lugares indicados por el Sr. Juan de la Cruz, se encuentran dos caseríos, cuyos habitantes viven de ordeñar vacas y hacer quesos en sus pequeñas parcelas. El Río Doradas, sigue su curso. El Topón es la tranca que construyeron para cerrarle el paso al río. Ya no se identifica como tal; se ve claramente que el río sigue el canal construido, buscando, aguas abajo, el Río Uribante.
Después de tomarnos un refresco, seguimos el camino por la Troncal Cinco hacia nuestras fincas. Le pregunto al Sr. Juan de la Cruz, algunos detalles de mi interés sobre estas construcciones.
Este invalorable relato explica aspectos de orden Sociológico, pero también despeja muchísimas dudas sobre graves fenómenos de tipo Hidrológico, que todos los años, en temporada de invierno, ocasionan perjuicios incuantificables de todo orden al Sur del Táchira y en los Altos Llanos del Estado Apure. El origen del ¿Por qué ocurren estas inundaciones?, nadie lo conoce.
Después de dejar los encargos que me hizo Gerardo para la finca, nos vamos a la Inspección Ocular en casa del Sr. Juan de la Cruz. Se hizo tarde y no terminé el trabajo. Amablemente ellos me ofrecieron quedarme en su casa. Siempre estoy preparado. Era una tarde fresca de verano que invita a guindar la hamaca, con su correspondiente mosquitero, bajo una mata de mango. El sol rojo ocultándose en el horizonte, mientras una bandada de escandalosos loros, busca refugio en algunos árboles circunvecinos de espeso follaje.
Después de cenar, con fororo y arepas de maíz recién asadas con leña, nos quedamos haciendo una sobremesa. Le pregunto ¿qué pasó con sus otros compañeros? Me comenta que unos se fueron hacia Barinas, otros hacia Apure, pero otros se regresaron hacia la costa Colombiana.
Al día siguiente, luego de tomar café, Juan de la Cruz me invita a recorrer la finca y conocer los linderos. Mientras caminamos, él recuerda al General Díaz González:
“Era un hombre blanco, arrogante y de voz gruesa. De joven se unió a las tropas de Juan Vicente Gómez y Castro. El General comentaba, que después de muchas batallas llegaron a Caracas a ejercer el mando del País. Según él decía, ocupó cargos importantes y a la muerte de Juan Vicente Gómez, tuvo que regresar al Táchira, además, como premio a sus batallas, le regalaron esas tierras para engordar ganado”.
Luego de satisfechas las exigencias Legales y Reglamentarias ante el Ministerio del Ambiente, una tarde de JUNIO 1980, de paso hacia mi finca, visito al Sr. Juan de la Cruz Pérez en su finca de El Milagro, al Sur del Táchira, para entregarle como obsequio el Permiso Legal otorgado por el Ministerio del Ambiente, para que pueda realizar la extracción de arena del Río Piscurí. Este le servirá para mejorar en algo su situación económica. Muchas veces, Juan de la Cruz llegó a mi Oficina a saludarme y en sus manos siempre trae un queso que cuidadosamente elaboraba para mí. Nunca supe de que murió Juan de la Cruz, ni cuando, pero siempre lo recuerdo con especial afecto.
Desde el Piedemonte hasta San Cristóbal, la carretera Troncal Cinco, es como una correa sin fin de forma ascendente, casi como subiendo una escalera. Al frente están las montañas andinas y sus estribaciones totalmente cubiertas de bosques. La fuerte lluvia y las curvas de la carretera, hacen peligroso el trayecto y me obligan a ir muy lento.
Al mirar a la izquierda, observo a lo lejos el Río Uribante inundado y recuerdo que en diversas Misiones de Servicio en la frontera y volando sobre la Reserva Forestal de San Camilo, se aprecian centenares de miles de árboles gigantescos, de especies muy valiosas, secos en pie por ahogamiento o sobre saturación de los suelos. Estos árboles muertos, los campesinos lugareños llaman “candelabros” y a la gran extensión de tierras inundadas desde décadas atrás la llaman “Cementerio de Saqui Saqui y Caoba”.
Esos gigantescos bosques pertenecen al Municipio Páez del Estado Apure y forman parte de la Reserva Forestal de San Camilo. También recuerdo que siempre me llamaba la atención, el comportamiento anormal de los ríos de esta Región, que en temporada de invierno como ésta, todos los años sus ríos se vuelven “como locos”; se desbordan de sus causes e inundan fincas, pastizales, huertas, arrastran animales, penetran en las casas, tumban puentes, dañan carreteras, ahogan lugareños y ocasionan muy cuantiosas pérdidas en todos los sentidos, a lo largo y ancho de los llanos occidentales.
Ahora entiendo, que con las revelaciones de Juan de la Cruz, se despejan incógnitas que hasta ahora nadie había desvelado. Y también entiendo, que los fenómenos Hidrológicos no son naturales, sino inducidos por el capricho de un General.
Al cerrarse el cauce natural del Río Doradas en el sitio El Topón y al abrirse el cauce nuevo artificial por “El Canal” por orden del General gomero a su regreso al Táchira, este General arbitrariamente, para darle solución a los problemas de inundación en su hacienda, ocasionó un daño ecológico-ambiental de tal magnitud e incalculables proporciones, que no se sabe cuántos siglos en lo adelante se llevará para recuperar dicho daño.
El Río Doradas, que nace en las montañas cercanas a Pregonero en el Estado Táchira, recibía en su cauce natural como afluentes, por la margen izquierda, al Río Piscurí y al Río Navay. El Río Doradas históricamente entregaba sus aguas al Río Caparo.
Pero al interrumpirse su cauce natural, luego de inundar cada año “Isla Betancurt”, derrama sus aguas al Río Uribante; y éste, sobre cargado, se desborda en muchos cauces. Después de inundar inmensas extensiones a ambos lados, se lanza sobre el Río Burgua y a su vez, éste también se desborda y al salirse de su cauce, se “encarama” al Río Burgüita, inundando desde 1936, los bosques milenarios de San Camilo, formando el llamado “Desparramadero del Uribante”. Estas aguas sin freno, por mil cauces, caen por la margen izquierda al Río Sarare, inundando todos los años Guasdualito y el Gamero, formando el Río Apure a partir de Guasdualito, con un caudal de más de mil metros cúbicos por segundo, promedio anual en estadísticas de veinte años. El Río Apure va al Orinoco para morir en el Océano Atlántico.
Mientras la lluvia cae con rigor, sigo manejando hacia San Cristóbal; y en mis cavilaciones, tomo conciencia de la valiosa conversación y vivencias con el Sr. Juan de la Cruz Pérez, dignas de ser dadas a conocer, a través, de conferencias o conversatorios en: el Centro de Ingenieros, en la Universidad del Táchira, así como, en la Asociación de Ganaderos, para que se conozca el origen de estos graves problemas, que han afectado y afectan el Desarrollo Regional.
Voy pensando, en que ahora, gracias a la nueva situación que se presenta para beneficio de los Recursos Naturales Renovables del País, tanto la Constitución Nacional vigente, la cual contempla la Protección del Ambiente por parte del Estado Venezolano, como un Objetivo Nacional de Alto Interés Nacional; como, la reciente creación del Ministerio del Ambiente y de los R.N.R., con respaldo jurídico en la Ley Orgánica del Ambiente y otras leyes especiales vigentes como: la Ley Forestal de Suelos y de Aguas y su Reglamento; la Ley de Protección a la Fauna Silvestre; y una vez aprobada la Ley Penal del Ambiente, introducida ante el Congreso Nacional, la cual tipifica el delito ambiental y sancionará con cárcel, los crímenes como éste ocurrido al Sur del Táchira.
Pienso en las ventajas comparativas que ahora existen en Venezuela para la administración y cuido del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, a diferencia de la total indefensión en que se encontraba nuestro País para el año 1936, cuando una decisión o un capricho del General Díaz González, ocasiona impunemente tan graves y costosos daños y delitos contra el Medio Ambiente, a personas y propiedades de gruesos sectores de la población y así como destruye Bienes Nacionales, que pertenecen a todos los venezolanos de siempre.
Así, las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAES), como los Parques Nacionales, las Reservas Forestales, los Refugios de la Fauna Silvestre, las Zonas de Reserva Hidráulica, las Reserva de la Biosfera, las Zonas de Interés Turístico, Los Recursos Vivos del Mar y el ARCO GUAYANES, a través de los Órganos Competentes del Ministerio del Ambiente, Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), un eficiente y especializado Cuerpo de Policía Ambiental, tal como existe en las leyes vigentes, con todo el respaldo del Estado Venezolano, estarán garantizados a perpetuidad, la protección y el cuido de estos Bienes de Alto Valor Nacional.
Sigue lloviendo a cántaros. “Son los Junios”, en esta época, decía siempre mi tía Ana Dolores. A lo lejos, sigo viendo el Río Uribante. Baja muy crecido y bravo, sus aguas chocan con las piedras, dejando ver el rojo de sus aguas debido al regalo del Río Torbes, su afluente, que al escurrir de las montañas altas, baja recogiendo múltiples quebradas; y la Machirí, arrastra suelos de la formación La Quinta, con sus arcillas escarlata y a su paso va dejando la señal característica del color de estos sedimentos. Todo este caudal es premonitorio de gigantescas inundaciones aguas abajo, en los próximos días.
Mi vista se posa en la Base Aérea “Buenaventura Vivas”, allá abajo. Y la mente sin control, comienza a tomar vuelo, porque infinitas veces desde allí, partí para Inspecciones Fronterizas. Así comienzo a recordar mis múltiples cargos en diferentes funciones de Comando recorriendo el País. También ayudé a formar, como instructor en la Escuela de Cadetes, muchos buenos Oficiales. Y cumplí Misiones de Estudio en “Fort Gulick”. En la Escuela de Infantería del Ejército. En la U.L.A.. En la Escuela Superior de Guerra Naval y también, como Director de Guardería Ambiental en la Comandancia General de la Guardia Nacional.
Así mismo, en diferentes Comisiones y Misiones del Servicio, por Orden Superior: En el M.A.C., como Director de Administración de los Recursos Naturales Renovables del País. En CORDIPLAN. En la Cancillería, como Miembro de Orden del Consejo Nacional de Fronteras. En el Pacto Andino, en Intercambio Tecnológico. En FEDECAMARAS. En el M.O.P., adscrito a la Dirección General de Recursos Hidráulicos. En la Presidencia de la República, como Comisionado Especial para el Programa de Desarrollo Integral Fronterizo Uribante-Arauca.
Justo en éste momento, fue cuando algún General de Administración de Personal, tomó una decisión totalmente perjudicial e inadmisible para mí, que la Comandancia General de la Guardia Nacional, no resolvió a su debido tiempo, la cual me obliga a solicitar en forma Legal e Irrevocable, la Baja de la Institución. Me fue otorgada en MARZO 1979.
A un año de estar trajinando en mi ejercicio profesional en la vida civil, recuerdo agradecido y con nostalgia, estos detalles que enriquecieron mi vida.
Remontando la carretera, de repente leo al frente el inmenso anuncio: “Bienvenidos a la Ciudad de San Cristóbal”. Agradezco como siempre, al Todo Poderoso, su bondad al llevarme y traerme con bien, en este maravilloso viaje de trabajo.
¡Así lo viví y así lo cuento!
Rindo tributo de agradecimiento y de respeto al Señor JUAN DE LA CRUZ PÉREZ, quien en su humildad y sencillez, supo impartirme en el sitio, como si fuera el mejor Laboratorio de Hidráulica, una excelente clase magistral de lo que jamás debe hacerse con las Cuencas y Vertientes Hidrográficas de Venezuela y de cualquier parte del planeta tierra.
José Moreno Zambrano.
Sr. Jose, obviamente resaltar la extraordinaria narrativa descriptiva no solo desde el punto de vista geográfico e historico, sino de dos cosas resaltantes: 1. El valor humano que tienen algunas personas que se gruzan en nustras vidas para enseñarnos, desde su perpectiva , la pujanza de un Pais en desarrollo prospero y cómo la egoista desicion de un General de la era Gomezista, pudo ocasionar un daño hidtológio que ha afectado y afectara por generaciones una tierra tan prospera. 2. Otro militar de menor rango acabo con un Pais, donde estamos viviendo en la miseria, poco menos. Gracias a ideas trasnochadas y retrogradas, bañadas por una supina ignorancia, así como, una descarnada y nauseabunda corrupción.
ResponderEliminarSaludos!
William Franco M.
Gracias William, me encanta que te guste y compártelo con quien creas cinveniente. El sentido que le das es el objetivo de mis escritos. Me estimulan a seguir escribiendo. Gracias por leerme! Recibe la bendición!
EliminarEstimado Jose.
ResponderEliminarMi admiracion se hace presente cada domingo al hacerme participe de otra vivencia durante su desempeno como ingeniero, militar, ciudadano y hombre de buenas y aquilatadas costumbres.
Sus lineas, con gran maestria y sencilla narrativa, permite que las imagenes de lo acaecido en otrora, se configuren para dar sentido, a esos momentos vividos en esta tierra de gracia. (Porque lo es, una vez mas, la considero asi).
Y ud ha contribuido a enmarcar un legado para generaciones futuras y orgullo de su familia.
Continue Jose, pintando esos paisajes que en su recorrido dejan admiracion por lo que Dios ha deparado para nosotros, y porque existen personas que como usted, han amado y aman esta tierra bendita.
Bendiciones por siempre.
Eucaris de Borrero.
Querida y apreciada amiga, gracias por tus palabras, que como siempre, me estimulan a seguir escribiendo. Recibe mi abrazo fraternal y la bendición para toda tu familia.
EliminarDon José, sólo una cosa le pido: SOBREVIVA A LA REVOLUCIÓN! Usted y su sobrino son vitales en la RECONSTRUCCIÓN. Lo leo. Bendiciones y abrazos!
ResponderEliminarDios quiere que todos sobrevivimos a esta revolución y allí estaremos: usted, mi familia, toda Venezuela y yo. Gracias por leerme y sus palabras me animan a seguir adelante. Un abrazo fraterno.
EliminarAmigo José, leerte hacer el recuento de la Venezuela pujante, prospera, industrializada y exportadora me produce nostalgia. Pero, al mismo tiempo, estoy absolutamente convencida que renaceremos de las cenizas como el Fénix para ser mejores.
ResponderEliminarAhora ¿cuantos años han trascurridos desde el desvío, a capricho, del cauce de ese rio hasta nuestros días? ¿84 años? Se escribe fácil y se lee fácil. Pero son OCHENTA Y CUATRO años de desastres ecológicos por el capricho de un militar que lo pusieron donde "haiga" para pagarle por los "servicios prestados" y lo mas triste, es que la vigencia de ese "haiga" es brutalmente exponencial en estos días tan difíciles que vivimos.
Agradezco que muestres esta realidad a los jóvenes que solo han visto el deterioro de los valores como forma de "vida". Renaceremos y para mejor, repito. Un abrazo fuerte.
Querida Merangel, analizas muy bien el contenido y comparas bien aquel desastre que comenzó a ocurrir hace 84 años y aún hoy, nadie sabe cuándo parará y al llevarlo a la vida actual, pinta la desgracia a la que Venezuela se somete por caprichos de personas. Esto es el destino a que desgraciadamente nos conduce la falta de cultura y consciencia. Gracias por leerme y señalarme que en estos escritos hay algún valor. Deseo que sea una enseñanza para generaciones futuras. Un fuerte abrazo.
EliminarLeerlo es una bendición, usted como actor y testigo de una época , formando parte de nuestra historia. Usted del lado de los hombres dignos y honestos, sintiendo como yo y como muchísimos venezolanos, indignación por ser testigo de como un grupo de personas deshonestas y corruptos, pensando en su beneficio personal y en llenarse los bolsillos, han hundido nuestro país en una verdadera tragedia. Qué falta de educación en principios, valores y nacionalismo ha faltado en Venezuela desde los inicios de la República, qué falta de justicia, de instituciones verdaderas que hicieran valer en primer lugar los intereses del país, y no de un grupo de vividores corruptos, que han manejado desde hace años los destinos de todo un país, de toda una nación! Dolor y tristeza, indignación y repudio, por haberle arrebatado el futuro a una Nación, que lo tenía todo para ser un paraíso, costará mucho reconstruirlo, pero espero que hayamos aprendido la lección!
ResponderEliminarCaramba que acertada su apreciación sobre lamentables padecimientos que hemos sufrido todos los venezolanos, estimada Raquel! Usted grafica perfectamente bien, esta dolorosa situación y que el Poeta Andrés Eloy Blanco resumió cuando dijo de Venezuela "Los hijos malos se le quedan dentro y los hijos buenos se le mueren fuera". Muchísimas gracias por su comentario, Raquel.
EliminarGracias a usted por sus letras! Siga ilustrandonos por favor! Saludos y un fuerte abrazo !
EliminarDon José,
ResponderEliminarSiempre agradecido por el lujo de detalles y contexto histórico que están siempre plasmados en sus escritos. Qué lamentable es leer que estas inundaciones fueron provocadas para el crecimiento económico de una tercera parte dejando de lado todo la esencia del ser humano en temas de solidaridad, simbiosis en el bien general del terreno. Por otra parte quedé intrigado con el Cementerio de Saqui Saqui y Caoba en la Reserva Forestal de San Camilo y quería saber si el lugar existe todavía y si siguen ocurriendo aquellas inundaciones que sobre saturan el bosque endémico de ese lugar.
Un afectuoso abrazo desde Chile y siempre es un agrado leer sus historias.
Sólo quiero expresarle mi admiración y mi agradecimiento por una vida dedicada al servicio de los demás y de nuestra nación.
ResponderEliminarOjalá Venezuela pueda contar, en su camino a la recuperación, de la gente que, como usted, nos hace sentir orgullosos de ser venezolanos.
Dios lo bendiga!
Estimado Sr. Huizi, mil gracias por su comentario hacia mi persona y escrito; es usted muy gentil. Seguro estoy que nuestra Venezuela se recuperará y estará mucho mejor que antes, con gente muy preparada, desde todos los ámbitos. Perdone usted la tardanza de mi respuesta a su comentario. Saludos cordiales desde San Cristóbal.
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