¡Nubes negras en el Puerto!

                                                       Padre Padilla.
                                                                             Foto: "Gordo" Pérez.

Es  que a partir de la media noche del 01ENERO1959, cuando el exsargento de la Policía de la Habana Cuba,  Fulgencio Batista, convertido en “general” al usurpar  el poder y ejercerlo en forma dictatorial para aterrorizar Cuba a su antojo, de la Sierra Maestra, baja un grupo guerrillero al mando de Fidel Castro, quien asume el poder acéfalo  al cual aspiró siempre, para instaurar, según él, el mejor modelo de democracia jamás visto en el mundo entero. Pero a las pocas horas, aplica un régimen comunista con “paredón de fusilamiento” y todo; desde donde se irradian ideas y se ejecutan acciones destinadas a imponer a juro, con esmerado afán y a como dé lugar, este mismo sistema de gobierno en todos los Países Latino-Americanos, debiendo comenzar con Venezuela por razones obvias.

“Si logramos manejar esta Nación, tenerla en nuestras manos, obtendremos los recursos económicos de sobra que serán indispensables para lograr los objetivos que nos hemos propuesto. El petróleo inagotable en su subsuelo; el oro, los diamantes, las piedras preciosas de Guayana, junto con los minerales; hierro, aluminio, cobre. Y los materiales estratégicos como el uranio, el torio, el cobalto, el coltán, entre otros y convertir el “Arco Guayanes”, bajo engaño y repetición incansables en arco minero, esos recursos serán nuestros”, aclara Fidel.

Es muy poco conocido el hecho cierto, meticulosamente disfrazado para ocultar que dentro de los barbudos guerrilleros de la Sierra Maestra, también existieron algunos que creyeron ingenuamente en “los nobles fines democráticos de Fidel”. Por hegemonía comunicacional que comienza a aplicar de inmediato, de lo cual, poco se sabe. Uno de los más encarnizados y aguerridos luchadores es Cesar Cien Fuegos, quien al reclamar a Fidel que debe aplicar la democracia prometida para Cuba, no lo perdona y con él inaugura el paredón de fusilamiento.

Huber Matos, otro líder del grupo, fue avisado a tiempo y en una pequeñita embarcación de media noche, huye a Estados Unidos iniciando las diásporas en América Latina, en ENERO1959 y dando comienzo a la fuga desesperada de los cubanos hacia cualquier destino; uno de los cuales es morir en alta mar por las olas o por los hambrientos tiburones. En Cuba, nadie se interesa por las estadísticas de quienes mueren fusilados; o quienes tienen que abandonar “todo” sin deber nada; ni por los presos políticos, o por quienes se suicidan ante el desespero de perderlo todo, como el dueño de la famosa Revista de calidad internacional, Bohemia.

A mediados de 1958, posesionado y aceptado el gobierno de transición en Venezuela, pese a sus debilidades e ingenuo proceder, la junta de gobierno de transición presidida por un marino débil, el Almirante Wolfang Larrazábal, cargado de imprecisiones e incoherencias, para fortalecer a Fidel y a su guerrilla, decide enviarle a la Sierra Maestra un cuantioso arsenal en fusiles, morteros, proyectiles y granadas; y un sustancial aporte económico, producto de una campaña oficial promovida a nivel Nacional la cual llama “Un bolívar para la Sierra Maestra”, incluyendo a los cuadros militares, que sin consulta nos obligaron a hacer un aporte, cuando un bolívar era la tercera parte de un dólar USA.  

Fidel Castro, en un plan de visitas programadas a algunos países, lo inaugura anunciando venir a Venezuela para dar sus pruebas de gratitud por los favores recibidos. Paralelamente, el dictador cubano, con su espesa barba y su locuacidad, bajo una muy cuidada agenda, va  conquistando escenarios internacionales, llegando a despertar simpatías, aplausos y complacientes sonrisas de no pocos ingenuos representantes de países ante la ONU.

Así es como al comenzar 1959, visita Venezuela, va al Congreso Nacional con uniforme de campaña verde oliva, pistola al cinto, con numerosa escolta de barbudos con ametralladora en mano dentro del Salón Elíptico, un tabaco gigantesco encendido entre sus dedos, echado en la silla correspondiente al Presidente del Senado, coloca sus pies cruzados sobre la mesa de caoba finamente tallada, mientras su pistolera cuelga de lado izquierdo casi rosando el piso alfombrado.

Al evaluar y captar simpatía en varios países de América Latina; y con el respaldo de la Unión Soviética, aprovechando las debilidades del Gobierno de Transición en Venezuela, el régimen cubano se siente fortalecido y aumenta la presión para cumplir el plan maquiavélico de dominar Venezuela para crear la plataforma de lanzamiento del régimen comunista que dominará América Latina.

A tales fines capta jóvenes universitarios para conformar comandos guerrilleros en las montañas de la costa venezolana y del sistema andino, al igual que capta y adoctrinan oficiales izquierdosos quienes paralelamente esparcen la semilla comunista en algunos cuarteles.

Al asumir la presidencia el Señor Rómulo Betancourt en 1959 es asediado por intentonas golpistas en algunos cuarteles y comienzan a aflorar las demostraciones de fuerzas irregulares: en Humocaro Alto, en el Estado Lara; en las montañas de Yaracuy; en el Estado Falcón; en la Azulita del Estado Mérida; en el Cerro “El Bachiller” del Estado Miranda; y en decena de sitios donde asaltan puestos de policía, de la Guardia Nacional, donde asesinan campesinos, soldados, policías, Guardias Nacionales y aparecen las llamadas “guerrillas urbanas”, siempre con un afanoso empeño de tomar el Poder Nacional para ejecutar sus macabros planes.

Es así, como en JUNIO1962, ocurre el alzamiento de la Base Naval de Puerto Cabello, dirigida por algunos oficiales superiores, asentados en esta Unidad Militar, quienes son afectos al régimen cubano, ansiosos de poder, engañan oficiales subalternos y efectivos de tropa para derrocar al Presidente de la República electo por votación transparente, libre y secreta para entregar la Nación al régimen cubano.

Una alerta inmediata del Mayor (G.N) Suzarinni, comandante del destacamento Cincuenta y Cinco con sede en Puerto Cabello, informa al Jefe de Servicio de la Guardia Nacional en el Paraíso-Caracas. De inmediato, se dictan instrucciones a todo el País, principalmente a Unidades más cercanas al foco de la rebelión, ordenando apoyar inmediatamente al Destacamento Cincuenta y Cinco en Puerto Cabello.

El Mayor (G.N.) Jesús María León Silva, comandante del Destacamento Cincuenta y Siete en Barquisimeto, me dicta la orden en mi carácter de Jefe de Personal, que informe a todos los oficiales, sub oficiales profesionales y Guardias Nacionales de lo que está ocurriendo, así como, llamar a todo el personal a formación inmediata en el patio de ejercicios y conformar cuatro pelotones de treinta hombres cada uno, preferiblemente voluntarios para enviarlos en apoyo a Destacamento de Puerto Cabello.

Existe la circunstancia, de que dada la situación de política generalizada en el País, hay acuartelamiento total de todo el personal y además la presencia de cien Guardias Nacionales que efectúan un curso de Mejoramiento Profesional en el Servicio de Guardería Ambiental y de R.N.R..

Informo sobre la situación planteada; resalto los valores de la formación Militar y solicito voluntarios para esta delicada Misión a los fines de ayudar a restablecer el orden alterado. Esta Unidad está bajo las órdenes del Tte. (G.N.) Arrayago Dazo y del Sub-Ttn. (G.N.) Santos Corredor Ruíz. Hasta el momento, el Destacamento Cincuenta y Cinco, en razón a sus pocos efectivos y bajo poder de fuego, se mantiene a la defensiva. También acuden en apoyo inmediato oficiales y soldados del Cuartel “Jacinto Lara” de Barquisimeto, quienes están al mando del  Capitán (Ej.) Ramírez Piñerúa.

Por instrucciones del Mayor León Silva Tamayo, debo trasladarme a Puerto Cabello, con el objeto de instruir un detallado informe, debidamente ilustrado con fotografía de lo acontecido. En los amplios y largos pasillos del Comando de la Guardia Nacional. Al llegar observo en el suelo debidamente alineados, tendidos boca arriba, cuerpos de soldados y Guardias Nacionales muertos en combate. Sólo en este sitio de Comando, a las 12:00 horas, conté la cantidad de ciento veintiocho cadáveres.

Dominado como fue el movimiento subversivo, rendidos y detenidos los cabecillas del vergonzoso alzamiento que costó tantas vidas,  llamado  “El Porteñazo”.

Al supervisar la zona, consigo cómo Unidades Blindadas del ejercito, venidas de la Capital del Estado Carabobo, la cercana Valencia, asume el mando y luego de encarnizado combate, utilizando el poder de los tanques de guerra, toma el control y domina la situación, apoyados por soldados de batallones de infantería venidos desde Maracay Estado Aragua; por Unidades del Batallón “Jacinto Lara” y de Guardias Nacionales de los Destacamentos Cincuenta y Cinco y Cincuenta y Siete, quienes en cumplimiento de su deber, acudieron en defensa de las Instituciones Democráticas y los valores de la Libertad.

Observo cómo, los alzados en armas contra la República, teniendo el dominio del terreno a su favor, conociendo los sitios claves, seleccionaron un lugar ideal para hacerse fuertes, una encrucijada a todo el ancho de la vía denominada “La Alcantarilla” en Puerto Cabello, donde suceden encarnizados enfrentamientos. Previamente fueron levantados de su sitio, los bloques de concreto del desagüe natural, donde se atrincheran con ametralladoras, las tropas insurrectas y allí son acribillados las tropas leales a la República.

El Padre Padilla, Capellán de la Base Naval en el propio sitio de los acontecimientos, en medio del fuego cruzado, se recubre del valor que le infunde el poder moral de su investidura, llega a la alcantarilla, teniendo de fondo el negocio de la esquina con este nombre; ensangrentada su sotana, refleja en su rostro el dolor de Venezuela, ante la impotencia absoluta para calmar los ánimos y el inmenso desespero que lo anima cuando en medio de ésta lucha fratricida y sin sentido, trata de brindar auxilio a un soldado moribundo, con su fusil puesto en el suelo arrodillado clama: “No me deje morir mi Padrecito”.

Así lo captó con su cámara fotográfica el “Gordo” Pérez, reportero gráfico del El Nacional de Caracas, así lo trasmite a Venezuela y al mundo, con la magnitud de la tragedia que enfrenta el sistema democrático para defender principios y valores que merece nuestro pueblo.

¿Cuánta sangre derramada sin razón alguna? ¿Cuántas aspiraciones frustradas que quedaron en las mentes de estos jóvenes soldados, al perder inútilmente sus vidas? ¿Cuánto dolor y llanto de sus madres y familiares en sus casas humildes, donde aún no se sabe el martirio que vendrá con la noticia?.

Con la facilidad que brinda el moderno ferrocarril recién inaugurado, con el precio del barril petrolero de dos dólares en el mercado internacional, regreso a Barquisimeto justo a tiempo para asistir a un solemne y doloroso acto en el Patio de Ejercicios “Jacinto Lara”, presidido por el Sr. Gobernador del Estado, Dr. Eligio Anzola Anzola; el Gral (Ej.) Chacón Arellano, Comandante de la Guarnición; Monseñor Fonturvel, Obispo de Barquisimeto y los comandantes del Batallón y del Destacamento Jurisdiccionales, quienes esperan el regreso del Cap (Ej.) Ramírez Piñerúa, marchando al frente de su compañía casi totalmente diezmadas por balas asesinas.

En sus sentidas palabras pronunciadas durante el Evangelio de la Misa de Campaña celebrada a estos efectos, Monseñor Fonturvel, califica por primera vez al ejercito de Venezuela de entonces: “Forjador de Libertades”.

¡Así lo viví y así lo cuento!

Rindo Tributo de Admiración y de Respeto: Al “Gordo” Pérez, reportero gráfico del El Nacional, quien con su profesionalismo de altos kilates y su valentía, logra la  más acertada y trascendente imagen, a todo riesgo en medio de una batalla campal en el sitio “La Alcantarilla” de Puerto Cabello, en el momento crucial, la tragedia que vive Venezuela reflejada en el rostro del Padre Padilla, auxiliando a un soldado herido de muerte por las balas asesinas de militares golpistas, la cual logra Premio Pulitzer de nivel internacional.

José Moreno Zambrano.

Comentarios

  1. En "Nubes negras en el puerto" apreciado Jose, usted hace un recuento doloroso de otra realidad vivida: El "Portenazo", que enluto nuestro pais.
    A pesar, de la tristeza que estas lineas imprimen en su recorrido, es necesario que personas quien como usted, en pleno ejercicio militar, las vivio y hoy tengamos a disposicion testimonios, que permitan conocer parte de esas historias.
    Gracias Jose por su aporte. Nuevamente mi humilde reconocimiento y admiracion.
    Eucaris de Borrero

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    1. Apreciada Eucaris! Mil gracias por leerme. Esta vivencia fue triste y dolorosa. Esperemos que nunca mas se vuelva a repetir en nuestro País. ¡Un abrazo fraterno!
      José Moreno Zambrano

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  2. Estimado Superior y Amigo, le recuerdo que el Cao. Colacho y Yo vinimos, de, Barquisimeto a combatir el ENO, en P. CABELLO, alli por imprudencia de un cap. QR, que le ordeno a un Peloton que Yo comandaba, que me pusiera detrás de un , Tanque orden que. No cumpli por absurda, luego le ordeno al Stte. RIBERO SANOJA, lo mismo, siendo acribillado con todo el Peloton. Allí hice preso al Guerrillero CLEOVARDO RUSIAN. quien. Rampando balloneta en mano, puñaleaba los soldados herido,.me dieron ganas de, ajusticiarlo pero, en el sitio no pude hacerlo, a Dios gracuias, hat itras cisas que por horribles no las cuento. Gracias oir recirdar de lo que son capaces de hacer ños actuales Gobernantes.

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    1. Estimado amigo, gracias por leer "Nubes negras en el Puerto". Que doloroso fue para todos. Ojalá no se vuelva a repetir en nuestra tierra. No mas. Recibe un gran saludo.
      José Moreno Zambrano.

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  3. Mi estimado amigo, sacando cuentas o "echando números" no son 21 años de régimen comunista impuesto por chávez (las minúsculas son mías), son 61 años de persecución comunista hacia nuestro país. Esa foto del Porteñazo es la gráfica mas evidente y dolorosa de lo sanguinario que puede ser un régimen comunista; el cual a este momento se ha perfeccionado con la tecnología y la crueldad mas absoluta de quienes se creen impunes. Gracias nuevamente por refrescar nuestra memoria. Un abrazo.

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    1. Apreciada Merangel, son muchos años y muchas muertes de Venezolanos por culpa de la ambición de poder mas que de servicio a la Nación. Confío en Dios que no se vuelva a repetir. ¡Gracias por leerme y recibe un fuerte abrazo!
      José Moreno Zambrano.

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  4. De este capítulo de nuestra historia, he leído uno que otro comentario, nunca con el detalle de su narración, y mucho menos contado por usted, uno de los héroes que en ese momento salvo nuestro país de las malas intenciones de un personaje nefasto para la humanidad como lo ha sido Fidel Castro. Considero que si esa parte de la historia se hubiese enseñado en las escuelas y universidades, donde por el contrario siempre hubo un encantamiento hacia la izquierda y el marxismo (cosa que han pagado muy caro las universidades del país), y los gobiernos democráticos le hubieran dado la importancia que tiene a la educación, nuestra sociedad no hubiera sido abono para la ignorancia, y no hubiese habido cabida para esos traidores que aprovechando la ignorancia de la mayor parte de la población, se hiciera del poder en Venezuela, para luego entregar nuestro país en bandeja de plata a la dictadura de los Castro, para saquearon y apoderarse de sus riquezas. Que dolor e impotencia!

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  5. Estimada Raquel, comparto tu criterio. Cada una de tus palabras tan sentidas, para mi han sido perfectamente interpretadas por ti. El objetivo es colaborar con la historia, contándola como la viví. La factura ha sido muy cara. Confío en Dios que los sacrificios como pueblo no sean tirados por la borda.
    Recibe un cordial saludo, Raquel.
    José Moreno Zambrano

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